Ciertas relaciones están condenadas al fracaso desde que empiezan. Según el Dr. Peter A. Martín, que creó la clínica de Terapia Marital en la Universidad de Michigan en 1974 y que ha estudiado cientos de matrimonios durante más de 30 años, hay cuatro patrones de conducta que son los más destructivos para el matrimonio:
1. La dependencia.- En una unión de dependencia, los cónyuges se aferran el uno al otro como si fueran parásitos. Nunca maduran, ni como individuos, ni como pareja. Son gente acostumbrada a que otros se ocupen de ellos, y cuando no lo consiguen, se vuelven agresivos.
2. La mujer loca de amor y el marido frío.- A estas mujeres les falta amor propio. Emocionalmente todavía no se han separado de la madre y constantemente necesitan la aprobación del marido. Este puede ser del tipo de hombre con fuertes ambiciones profesionales que rechaza la intimidad; por eso lo irritan y agobian las exigencias de la mujer.
Ella, por su parte, padece de depresiones y le hecha la culpa a su marido, mientras él cree que el problema está en lo exigente que es su mujer.
3. El marido eN busca DE madre.- El caso anterior con los papeles cambiados. Aquí es el hombre quien se aferra a la mujer y necesita su constante atención. Suelen ser matrimonios que fueron buenos hasta que aparecieron los hijos.
4. La paranoia.- Es el peligro más serio para cualquier matrimonio. Tiene tres variaciones y todas cuentan con un cónyuge desequilibrado que trata de dominar al otro.
A veces la persona sana acepta la conducta del sicótico para mantener la paz familiar. A veces, la sana rechaza las agresiones, pero sólo gana peleas y hasta maltratos físicos contra ella y los hijos.
En la tercera versión, los celos enfermizos no dejan vivir a la persona sana. Como no hay absolutamente nada que pueda convencer al cónyuge sicótico de que su pareja le es fiel, la humilla y degrada constantemente, y ésta tiene que mantenerse siempre a la defensiva.
Friday, 10 April 2009
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