Wednesday 25 March 2009

Proteína útil contra el Alzheimer

Una investigación realizada en laboratorio en ratones con Alzheimer demostró que la administración de una proteína derivada del cerebro protege a las neuronas frente al avance de esa enfermedad. Los autores del estudio sostienen que este nuevo conocimiento podría utilizarse en el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas.
La enfermedad de Alzheimer, que lleva el apellido del investigador alemán que la descubrió, es un mal neurodegenerativo progresivo que provoca un deterioro en la memoria, el pensamiento y la conducta de la persona. La Organización Mundial de la Salud estima que en 2040 cerca de 81 millones de personas padecerán esta patología.
Dado que aún no se ha encontrado un tratamiento altamente efectivo para esta enfermedad, investigadores de todo el mundo analizan en sus laboratorios estrategias para poder avanzar en ese terreno.
Ahora, un estudio realizado en ratones demuestra, por primera vez, que una proteína que el propio cerebro produce, denominada factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, según sus siglas en inglés), puede proteger a las neuronas frente al avance del Alzheimer. Los resultados del trabajo fueron publicados en la revista Nature Medicine.
Los responsables de la investigación, encabezados por Mark Tuszynski, de la Universidad de California, en San Diego, Estados Unidos, diseñaron una serie de experimentos teniendo en cuenta estudios previos que demostraron que la proteína BDNF se encuentra disminuida en pacientes con la enfermedad de Alzheimer.
Loque Tuszynski y sus colegas hicieron en un grupo de ratones con Alzheimer fue restituir la expresión de esa proteína en la corteza entorrinal, la que ejerce una influencia clave en el hipocampo (una zona del cerebro involucrada en la memoria y el aprendizaje, entre otras funciones). Para lograrlo, inyectaron en esa parte del cerebro un virus conteniendo el fragmento de ADN que tiene instrucciones para producir BDNF. A fin de hacer comparaciones, inyectaron ese virus sin el ADN de BDNF en otro grupo de ratones con esa enfermedad.
Ambos grupos fueron sometidos a diversos ensayos de comportamiento y análisis celulares y moleculares.
Como resultado, los investigadores comprobaron que los ratones beneficiados con BDNF mejoraron su desempeño en pruebas que evaluaban memoria y aprendizaje, a diferencia de lo que sucedió con el otro grupo.
Asimismo, vieron que se reestablecieron conexiones neuronales en las cortezas entorrinales de esos ratones. Por último, las evaluaciones indicaron que esa proteína restituía la expresión de genes que habían sido alterados por la enfermedad.
Algo nuevo bajo el microscopio
Una de las características de la enfermedad de Alzheimer radica en la acumulación de un tipo de proteína llamada beta amiloide que es tóxica para las neuronas. En este sentido, varias de las estrategias terapéuticas que se intenta diseñar se dirigen a la reducción de esa proteína. Lo interesante del trabajo es que Tuszynski y su equipo de la Universidad de California notaron que la recuperación de los ratones que recibieron la administración de BDNF era independiente de la cantidad de beta amiloide presente en su cerebro.
Los resultados obtenidos podrían ser la base para el diseño de una terapia alternativa o coadyuvante de tratamientos dirigidos a reducir los niveles de beta amiloide en el cerebro de los pacientes con esta enfermedad, entre otras medidas.

Monday 23 March 2009

Teatro de Los Andes: “120 kilos de jazz”

La obra está basada en un cuento escrito por César Brie, director del elenco. Se trata de un monólogo en el que se combina de manera casi perfecta la sátira, el humor y la crítica en una magnífica comedia.
La obra teatral nace de un cuento escrito por Brie y que obtuvo el primer premio en un concurso nacional de cuento auspiciado por el entonces diario "Presencia". El jurado destacó en aquella oportunidad la calidad del humor escrito por Brie.
Daniel Aguirre Camacho, integrante de Teatro de Los Andes, leyó el cuento de Brie y se propuso llevarlo a escena.
La obra, ya presentada en Sucre y otras ciudades, ha sido más que bien recibida por el público. Y es que como acostumbra hacer Teatro de Los Andes, una vez más dejó por sentado que en definitiva sus puestas en escena son maestras. Por su parte, Aguirre en “120 kilos de jazz” sorprendió con una interpretación impecable, por lo que, sin duda, se consagra como una obra imperdible.
El resto del elenco de Teatro de los Andes actualmente está de gira por Europa con la obra La Odisea, la que llegará a nuestra ciudad en agosto, pero previamente en mayo el público podrá apreciar “¿Te duele?”.
SOBRE LA OBRA
Con tal de poder entrar a una fiesta para ver a su amada, el gordo Méndez finge ser un contrabajista de un grupo de jazz. Méndez no sabe tocar el contrabajo pero su cavernosa voz imita a la perfección el sonido de las cuerdas.
Para entrar en la fiesta debe lograr sustituir al contrabajista oficial del grupo invitado y ocultar a todos su incapacidad para tocar el instrumento. Sin embargo, lo fundamental es que detrás de este argumento se esconden tres amores. El amor no correspondido por una mujer por la que se atravesarían los infiernos; el amor por el jazz, cuya música ayuda al gordo Méndez a soportar su inmensa soledad; y el amor por la comida, en la que el gordo encuentra breves y sabrosos refugios y consuelos.
“El gordo Méndez descrito en el texto no existe en la realidad. Es fruto de una conjunción de dos amigos gordos que nunca he vuelto a ver, que se sentaban a mis lados en un banco del Colegio Nacional Sarmiento de Buenos Aires y me volvían el jamón del sándwich aplastándome entre ambos; y de una amistad demasiado antigua y profunda que me une a Giampaolo Nalli, cómplice, cofundador y administrador de Teatro de los Andes. El amor por el jazz es suyo. Él ha sido el consejero musical para realizar esta obra”, dice Brie.
Este texto no nació como obra de teatro, sino como un cuento escrito hace muchos años y luego olvidado. Ha vuelto a la luz y a las tablas gracias a la pasión, insistencia y paciencia de Daniel Aguirre, quien escuchó (el cuento) una vez en una lectura alrededor del fuego en Yotala y sintió que la ciudad de su infancia y adolescencia cobraba vida a través de esas palabras, y muchos años después decidió volverlo teatro encarnando al gordo en escena, dice Brie.
Entonces, la historia narra las peripecias de un gordo enamorado por ingresar a una fiesta a la que no ha sido invitado y en la que hace su debut como contrabajista de un grupo de jazz, todo por el amor de su vida.
TEATRO DE LOS ANDES
Fundado en agosto de 1991 en Bolivia, los miembros de este teatro viven en Yotala, cerca de Sucre, en un teatro-granja donde preparan sus obras, las presentan y alojan a otros artistas. Además realizan encuentros y talleres.
Esta compañía se propone formar un actor-poeta en el sentido etimológico del término: hacedor, creador. El que crea y hace. Para ello, realizan un entrenamiento cotidiano, físico y vocal, y trabajan sobre formas de improvisación y composición.
“Tratamos de unir en nuestras obras las reflexiones sobre el espacio escénico, sobre el arte del actor y la necesidad de contar historias, de recordar, de volver en sí. Nos proponemos un teatro que podríamos llamar del humor y de la memoria. Somos profesionales en el antiguo sentido de profesar nuestras motivaciones, confesarlas en público. Y es la relación con el público que determina nuestro quehacer: sacar el teatro de los teatros y llevarlo donde está la gente, a universidades, plazas, barrios, pueblos, lugares de trabajo, comunidades”, explica Brie.
El Teatro de Los Andes tiene una revista, “El Tonto del Pueblo”, que es para ellos un instrumento para el diálogo.
“Queremos construir un puente entre la técnica teatral que poseemos -y que podríamos definir occidental- y las fuentes culturales andinas que se expresan a través de la propia música, fiestas y rituales. El contacto, el encuentro y el diálogo son imprescindibles para nuestro trabajo cultural”, asegura el director.
La mezcla de razas, culturas, usos, las migraciones, siempre crearon nuevas formas expresivas y musicales. Si bien se perdieron cosas antiguas, aquello que surgió del encuentro y la mezcla fue la forma con la que el hombre de hoy se expresa: hijo de su condición y experiencias, con la memoria abierta a lo que fue y la mente proyectada hacia adelante, dice Brie.

Acerca de un trovador anarquista La mala reputación de Brassens

Georges Brassens fue un poeta y músico francés que marcó la vía europea hacia efervescencias sociales cuestionando la corrupción burguesa y el horror estalinista como expresiones de una misma perversión del poder. Vivió 60 años (1921-1981) en una existencia solitaria e introvertida (rechazó premios y se cagó en la fama), en paradójico contraste a sus composiciones inspiradas en la cotidiana multitud y escritas con la poderosa elocuencia del sarcasmo. La obra de Brassens explica el sentido del humor con que estallaron revueltas como la del Mayo Francés en el 68.
Grabó, como producción propia, 12 discos en toda su carrera; pero consultando discografías alternativas, recopilaciones, etcétera, podríamos hablar de más de 60 LP’s o CD’s que llevan su nombre. Sus versos musicalizados, afirma Alejandro Filio, planteaban al más puro estilo anarquista luchar contra cualquier modelo de orden establecido, contra cualquier órgano de poder, contra cualquier partidocracia. Verbigracia: “Al ver que los pobres gendarmes estaban a punto de sucumbir me alegré, pues los adoro en forma de fiambre”. Esa mordiente ironía caracterizó a casi todas sus letras.
Como todo libre pensador (a quienes el estalinismo y su izquierda siniestra consideran “enemigos del cambio”) Brassens fue “ninguneado” por los poderosos de turno. Frente a ese clima de marginación con que pagó su libre pensar, escribió su famosa canción “La mala reputación”, misma que fue traducida y cantada en español por Paco Ibáñez, en una versión que conocimos por gentileza de la señora Anné Courreges, libertaria gala que radica en Cochabamba, y que a la letra dice:
“En mi pueblo sin pretensión tengo mala reputación. Haga lo que haga es igual todo lo consideran mal. Yo no pienso pues hacer ningún daño queriendo vivir fuera del rebaño. No, a la gente no gusta que uno tenga su propia fe, todos, todos me miran mal salvo los ciegos, es natural. Cuando la fiesta nacional yo me quedo en la cama igual que la música militar nunca me supo levantar. En el mundo pues no hay mayor pecado que el de no seguir al abanderado. No, a la gente no gusta que uno tenga su propia fe, todos me muestran con el dedo salvo los mancos, quiero y no puedo. Si en la calle corre un ladrón y a la zaga va un ricachón, zancadilla pongo al señor y aplastado el perseguidor. Eso si que sí que será una lata siempre tengo yo que meter la pata. No, a la gente no gusta que uno tenga su propia fe, todos tras de mi a correr salvo los cojos es de creer”.

Ópera pop con obra de Wagner

El director de escena Emilio Sagi buscó inspiración en el amor del más transcendental al más carnal, en la estética "pop", en la monumentalidad y en el color, para dirigir "Die Feen" (Las Hadas), ópera desconocida de Richard Wagner que estrena el próximo día 27 en el Teatro del Châtelet de París.
Sagi, que el pasado mes de mayo triunfó en este mismo escenario con la zarzuela "La Generala", de Amadeo Vives, contó a Efe durante los ensayos, cómo para esta creación tan diferente partió de una reflexión sobre el título que Wagner dio a su obra, la segunda que escribió.
"¿Qué significa hoy en día "ser hada"? Ese hada -esas hadas- que hay ahí, me parece que son mujeres inmortales" y ser inmortal significa que la vida "no la ves con la "grisura" que la ves, sino con mucha imaginación", con una fuerza que te hace "ser un poco feliz, un poco más inmortal, un poco más de color", aseguró.
"Por ahí busqué la idea de entrar en ese mundo pos-pop, del color, de imágenes muy fuertes", cercano a la estética de Jeff Koons (1955) y Dan Flavin (1933-1996), explicó el director del Teatro Arriaga de Bilbao.
Un planteamiento coincidente con el del director del Châtelet, Jean-Luc Choplin, quien deseaba para esta ópera "nunca vista" de Wagner un tratamiento escénico "simple, elegante y moderno, con un toque pop", por lo que pensó en Sagi, "un colaborador ahora regular del Teatro".
Así podrán verse en algún momento sobre el escenario una enorme lámpara, una inmensa "pin-up" o una rosa que mide dos metros y medio "y todo un mundo de color", comentó Sagi.
Piezas que, en efecto, tienen relación con las creaciones de Jeff Koons, artista estadounidense que algunos consideran el rey del "kitsch" y que a finales del 2008 montó una de las exposiciones más exitosas en la historia del Palacio de Versalles.
"Esa cosa brillante me impactó mucho y me parece que tiene mucho que ver con el mundo de "Las Hadas", y los mundos de las luces de colores", añadió Sagi, cuyo primer éxito en el Châtelet fue en 2006, cuando abrió la temporada con la opereta "El Cantor de México", de Francis López. Respecto al hecho de montar una obra de la que no existe ninguna versión previa, "tiene sus ventajas", aseguró Sagi, pues, si bien "te sientes un poco perdido al principio" -en ausencia de grabaciones e imágenes previas a las que asirte o con las que ir a contracorriente-, nadie tiene una imagen de la obra en su cabeza.

El Hastío

No existe una lista de cosas que se pueda hacer para evitar el aburrimiento. Francamente, puede ser que alguien, de vez en cuando, experimente fastidio por alguna cosa u otra. Lo que no es normal es que todo, incluso la propia vida, cause hastío.
En principio, la persona debe detectar qué es lo que está haciendo que provoca constantemente este sentimiento. Si es un trabajo que ya no le gusta hacer y que perdió atractivo, puede cambiarlo. Si de él depende su estabilidad económica hay que buscar alternativas, como otras actividades que se ajusten a la rutina diaria de las labores, para que éste tenga nuevamente un aliciente que le permita continuar sin problemas en la vida profesional. Si, en definitiva, el trabajo ya no nos gusta, podemos cambiarlo por otra actividad que nos llene de mayores satisfacciones, dentro de las posibilidades del mercado laboral. Lo que nunca debemos permitir es que el hastío se apodere de nosotros al punto tal que nos invalide en el trabajo. Si no nos gusta un empleo de oficina con un horario rígido, busquemos una actividad flexible que nos permita sentirnos más dueños de nuestro tiempo. Otra forma de pensar es que nuestro trabajo nos permite obtener recursos para hacer lo que sí nos gusta.
Si creemos que ya no nos satisface cierta rutina deportiva, podemos cambiarla por otra. Caminar al aire libre a través de un campo, la montaña, un parque o la playa -si la tenemos cerca- es una excelente actividad que nos pone en contacto directo con la naturaleza, nos da permiso para la reflexión y nos ayuda a valorar y estimar lo que somos y lo que tenemos. También es bueno dejar atrás la “rutina” malsana de quejarnos. Sabemos que ciertas cosas no están bien y que el entorno, en ocasiones, nos lleva a estar todo el tiempo quejándonos. Pero con esto no logramos nada. Las cosas no van a cambiar porque nos estemos lamentando a cada rato. Es preferible hacer algo -por pequeño que sea- para que las cosas se transformen. Debemos apreciar las cosas que tenemos, muchas o pocas, y dejar de quejarnos por lo que no tenemos. Esto no quiere decir que no luchemos por obtenerlas, pero debemos hacerlo después que nos hayamos trazado objetivos a cumplir y metas a alcanzar. En esta medida, le estamos diciendo “no” al aburrimiento.
También es sano realizar más actividades que nos permitan despejar nuestra mente de pensamientos negativos o problemas de trabajo. Visitar museos, ir a la playa, visitar a los amigos y la familia, dedicarle tiempo a la música, el cine, la pintura, imaginar fantasías con el ser querido, o cualquier actividad, nos permitirán estar siempre activos y olvidarnos de la palabra aburrimiento.
Si ya hemos caído en el hastío, definitivamente debemos acudir a la consulta de un especialista que nos ayude a recuperar las ganas de vivir. Esto se logra cambiando los puntos de vista acerca de las cosas que nos rodean. Todos los aspectos de la vida tienen un lado bueno y uno malo. Busquemos siempre los positivos y reflexionemos sobre los negativos, con el objetivo de llevar a la reflexión y al cambio. La vida, con sus cosas buenas y malas, merece ser vivida. No dejemos que el aburrimiento nos impida ver lo mejor que ella tiene: nosotros.

Monday 16 March 2009

Tarabuco

La zona de Tarabuco (60 Km. de Sucre, camino a Monteagudo) ha sido conocida desde hacen bastantes años como una fuente de fósiles del periodo Pérmico. No sabemos si se han realizado estudios científicos sobre la zona y el paradero de los hallazgos paleontológicos.

Base cultural
La base cultural en el municipio de Tarabuco se fundamenta en el origen étnico de la población, es decir los Yamparas.

Los Yamparas.
Es la etnia originaria del territorio municipal que se caracteriza por mantener aún parte de su cultura y administra un territorio - casi todo a secano - ubicado al S.O de Tarabuco (con bolsones en las provincias de Yamparaez y Zudañez) y aún son el referente de la identidad cultural de la región. Sus manifestaciones culturales y su particular manera de vestir han hecho de esta etnia un importante referente como atractivo para el turismo cultural que es impulsado por instituciones y agencias de turismo.

Potencial Cultural
Hemos identificado los elementos más importantes que conforman el potencial cultural del municipio. Obviamente, gran parte de este potencial se encuentra asentado en la etnia Yampara y en sus expresiones culturales. Aspecto que es ampliamente conocido. Sin embargo, este interés, desde un punto de vista netamente turístico, ha enfocado la cultura Yampara en tres temas:
La presencia de una etnia viva como tal (la imagen del Tarabuqueño), el Carnaval de Tarabuco y finalmente los tejidos.

El ciclo de la danza y la música.
El municipio conserva aún una importante red de fiestas comunales y supracomunales. El ciclo agrícola continúa siendo referente del ciclo de fiestas. Las danzas y la música se estructuran de manera cíclica según un ritmo en el que cada época tiene un instrumento central y una danza, así como diferentes características de acuerdo al momento. Por ejemplo, el pinkillo se toca desde Todos Santos hasta Carnaval; cuando culmina con la Pucara y el Pujllay. En la zona de “mocitos” se toca quenas y charango y la música principal es el salake. Luego viene el charango durante la cuaresma y desde la pascua hasta Santiago se incide en otras tonadas finalmente en septiembre se toca el “Ayarichi” y en octubre se celebra con el “Pajpaku” hasta Todo Santos.
El Pujllay es aún la fiesta más importante del municipio y se celebra en las comunidades Yampara

Ubicación Geográfica
El Municipio de Tarabuco, primera sección de la Provincia Yamparez, está ubicada a 19' 10'50" Latitud Sud y a 64' 54'48" Longitud Oeste.
El centro poblado del municipio de Tarabuco, que lleva el mismo nombre tiene una altura de 3.292 m.s.n.m., y se encuentra a 62 Km. de la ciudad de Sucre, en el camino troncal Sucre – Tarabuco - Zudañez - Tomina - Monteagudo - Muyupampa - Santa Cruz.

Extensión
La Provincia Yamparaez tiene una extensión territorial de 1.610,00 Km.2 y el municipio de Tarabuco, Primera Sección de la Provincia Yamparaez, cuenta con 999, 00 km2.

Distritos y Cantones
La Provincia Yamparaez, está dividida en dos secciones municipales: Yamparaez y Tarabuco. A su vez el municipio de Tarabuco cuenta con dos cantones: Tarabuco y Pajcha, abarcando el 62.05% del territorio provincial.

Comunidades y Centros Poblado
El territorio seccional de Tarabuco, cuenta con 72 comunidades campesinas y un centro poblado importante en el que se tienen cinco juntas vecinales.

Phujllay de Tarabuco

Festividad que manifiesta la virilidad de sus habitantes en la música, danza, colorido y canto. Tiene su origen en la epopeya del 12 de marzo de 1816, protagonizada por los guerreros indígenas que enfrentaron y derrotaron al ejército español realista de los "verdes" (el nombre se debe al color de sus uniformes) que les duplicaba en número.
La leyenda cuenta que al ardor de la batalla y en el éxtasis del triunfo uno de los bravos guerreros abrió el tórax de un vencido, le arrancó el corazón y comió de él fortaleciéndose con el valor de su enemigo.
La sátira al conquistador se pone de manifiesto en detalles de la indumentaria que utilizan los bailarines en esta oportunidad: grandes espuelas y montera imitando el yelmo español.
El Phujllay (significa juego) comienza con la celebración de la misa en quechua, continua con la entrada de grupos de bailarines a la plaza y la elección de la ñusta o virgen de la ceremonia ritual de la "pucara" -símbolo mágico y religioso-.
Terminada la danza ritual y luego de beber chicha y degustar platos de comida típica picante, los campesinos montan sus caballos y a los gritos de "Viva el Phujllay" se alejan en busca de otras ofrendas folklóricas a la madre naturaleza, que consisten en alimentos (carnes, frutas, hortalizas, bebidas, panes) adornados con flores y plantas en un armazón en torno al cual se desarrolla la danza y la música.
Esta fiesta, que se lleva a cabo el segundo domingo de marzo, impresiona al visitante por la fuerza, colorido y belleza de la manifestación ancestral.